Mandela luchó contra el racismo en su país, contra la élite blanca, la pobreza y la desigualdad. Lo primero que hizo una vez elegido presidente en las primeras elecciones en las que la mayoría de la población tuvo derecho a votar, fue ir a Cuba a visitar a su amigo Fidel Castro y agradecerle personalmente su apoyo durante todos los años en los que estuvo encarcelado, y el apoyo de Cuba en la guerra de liberación de Namibia contra la Sudáfrica del apartheid que supuso el fin del régimen racista.
Es por eso que resulta inquietante asistir a muestras de duelo provenientes de figuras que representan todo lo contrario por lo que él luchó. Obama ha declarado que "mientras yo viva, voy a hacer lo que pueda para aprender de él". Podría empezar por levantar el bloqueo a Cuba, quitar las tropas que tiene desplegadas por medio mundo y dejar de intervenir en la política de los demás países. Por ejemplo.
Mariano Rajoy ha declarado que es "un ejemplo de lucha por la igualdad", esa igualdad que cada vez es más difícil que tengamos en nuestro país, dónde aumenta la pobreza mientras cada vez hay más millonarios. Dónde cada vez hay más personas dependientes de la beneficencia mientras los beneficios de los que más tienen son cada vez mayores.
Yo me quedo con la reflexión del profesor Juan Carlos Monedero: Madiba, Mandela: un revolucionario
